Don Julio César Robles Castillo
Don Julio César Robles Castillo nació en Tulcán el 21 de abril de 1923 en la barriada de San Francisco, del hogar formado por Don Antonio Robles y Doña Carmen Castillo, siendo el mayor de siete hermanos. En el año de 1929 ingresó a realizar sus estudios primarios en la Escuela “Sucre”, disfrutando como desde el día de su nacimiento del entrañable afecto de sus padres y asimilando las lecciones fundamentales para la vida junto a su padre, de quien decía “guardo los mejores recuerdos”.
Según propio relato, su padre tenía grandes e interesantes proyectos para con él, pues siempre destacó por su capacidad en el ámbito escolar; Ibarra sería el destino de sus estudios futuros, sin embargo a la edad de 12 años y cuando cursaba el mes de abril de 1935, pierde a su padre, circunstancia que dio “un giro total a su vida” lo que constituyó el inicio de la estructuración de su personalidad.
Guardando en su corazón y en su mente las múltiples experiencias y aventuras compartidas junto a su padre, debió renunciar a sus estudios y asumió las responsabilidades familiares junto a su madre. Realizar ventas y otros oficios, pasaron a convertirse en sus tareas diarias lo cual bloqueó las naturales tendencias de un niño de esa edad.
Frente a la necesidad de tener que sostener a la familia, Don Julio fue orientado por su madre hacia la búsqueda de un oficio, opción que constituía una alternativa frente a la difícil situación familiar. La rama artesanal de la Sastrería fue la opción escogida, el taller de don José Erazo recibió al joven de trece años abriéndole un ámbito en el que además de conseguir algunos recursos para solventar las necesidades del hogar. Con la decisión y tenacidad adquirida años atrás fue ganando prestigio, el taller ubicado e n la calle Colón habría de ampliarse. Los familiares por su parte y fundamentalmente algunos de sus sobrinos no podían dejar de lucir un traje de las hábiles y cariñosas manos del tío sastre. Para ese entonces 1945, había ya vinculando a la Sociedad Obrera de Tulcán, y llevaba tres años de afiliación a la institución que a criterio suyo, constituyó la escuela de as u autoformación en los ámbitos del servicio a la comunidad y de la administración, además de ser la base de respaldo en donde encontró muy buenos amigos que impulsaron su irrumpir exitosos en al vida política seccional.
Julio Robles siempre fue un hombre de carrera, el inicio de los años cuarenta, precisamente en 1944 fue el de los albores de su accionar político, participó en la gloria del 28 e mayo de 1944 para dar al traste con el gobierno de Arroyo del Río. Ello le dio una experiencia que generó en él la rebeldía frente al régimen liberal, fue golpeado, sableado, ultrajado y apresado, por miembros afines al régimen, solía recordar entonces, asumiendo la militancia conservadora y en ella se mantuvo hasta su muerte.
Su decisión política obedeció a dos circunstancias, la primera el haber ingresado al Sociedad Obrera de Tulcán, entonces una institución de tendencia claramente católica y conservadora, la segunda la línea liberal del régimen vigente. En todo caso Julio Robles Castillo mantuvo una línea política recta en el Partido Político al que le entregó mucho más de lo que recibió de él.
Cargos asumidos por Don Julio Robles Castillo:
•Dirigente de la Sociedad Obrera desde los años cuarenta.
•Concejal suplente y luego principal 1953 – 1959, alcanzando la Vicepresidencia del Cabildo.
•Alcalde del Cantón Tulcán 1963 – 1967
•Vicepresidente de la H. Corporación Provincial del Carchi 1968 – 1972
•Años setenta: Gerente de la Primera Feria de Integración, Gerente de EMELNORTE – TULCÁN
•Prefecto Provincial del Carchi 1978 – 1982.
•Gobernador de la Provincia del Carchi 1984 .
•Diputado por la Provincia del Carchi 1990.
•Prefecto Provincial del Carchi hasta 1999.
El 28 de octubre de 1999 Julio César Robles Castillo dejó de existir, al unísono la voz de los carchenses no dudó en destacar la magnitud del acontecimiento al mismo tiempo que relievó la vida, el trabajo, la obra y los valores del fallecido Prefecto, de aquel día para acá el tiempo a transcurrido y la presencia del artesano que de la mano de su pueblo accedió una personalidad política singular, va ingresando en las páginas de la historia del Carchi, de este Carchi con el que a partir de aquella se tomaron sendas distintas y al que siempre quiso mirarlo cubierto de conchas y corales.